Erase una vez un mundo de ositos de sabores. Un día un nuevo osito nació sin sabor y le dijeron que debía llegar a la fuente de sabores y bañarse allí. Primero tenía que ir al bosque y subir a la cima de la montaña. Mas tarde tuvo que tirarse por una cascada y finalmente pasar al otro lado del río. Al llegar a su destino, se bañó en la fuente y consiguió su sabor.